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UNA RELACION CON DIOS

 

DIOS MUESTRA SU AMOR PARA CON NOSOTROS

 

Hay grandes preguntas que todos tenemos. ¿Qué sucederá cuando yo muera? ¿Dónde voy a pasar la eternidad? La pregunta más importante que puedes responder es esta - "Si yo muriera hoy, ¿pasaría la eternidad en el cielo con Dios?" Tu relación con Jesucristo es central en la respuesta a esa pregunta.

 

La Biblia nos dice en 1Juan 5:13: "Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios; para que sepáis que tenéis vida eterna ..."  La simple verdad es que Dios quiere que tu tengas vida eterna y que lo sepas! En pocas palabras:

 

 

 

1. Reconoce Tu Condición

 

Nuestro pecado crea un abismo intransitable entre nosotros y la vida eterna con Dios.

 

Mi error más grande cuando estoy perdido en algún lugar, es no admitir que estoy perdido! A eso se le llama, "orgullo". Con el fin de encontrar el camino a la vida eterna que Dios promete, debo admitir que estoy perdido por causa de el pecado. Romanos 5:12 nos enseña que desde Adán y Eva, el primer hombre y la primera mujer en la tierra, la naturaleza pecaminosa ha estado presente en todas las personas. Romanos 3:23 dice, "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios." El pecado es cualquier acto contrario a las leyes y los mandamientos de Dios, y los pecados que he cometido me separan de Dios. Siempre que me he perdido, he pagado algún tipo de penalización. He llegado tarde a un evento especial, tiempo perdido, gasto de combustible, etc. El pecado también tiene una pena. Romanos 6:23 dice: "Porque la paga del pecado es muerte; mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". El "salario" o el pago por nuestro pecado es la muerte espiritual y la separación eterna de Dios.

 

 

 

2. La Religión y Las Buenas Obras No Son La Respuesta

 

La religión y las buenas obras no pueden ser el puente entre el abismo que ha creado nuestro pecado.

 

Las religiones tratan de crear sus propios caminos hacia Dios. Sus sistemas pueden parecer lógicos, pero no pueden llenar el vacío creado por nuestro pecado. Proverbios 14:12 dice: "Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte." En otras palabras, nuestros pensamientos y los caminos no es lo que importa. La Palabra de Dios, la Biblia, ofrece respuestas verdaderas de la gracia y el perdón. En Efesios 2: 8-9 la Biblia dice: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe ".

 

 

 

3. Las Buenas Noticias: Jesucristo Provee El Camino!

 

 A través de su muerte en la cruz, Jesucristo pagó por nuestros pecados y nos provee el camino a la vida eterna en el Cielo.

 

A pesar de que estábamos perdidos y separados de Dios, Él nos amó, y porque Él es amor, nos envió a su Hijo para morir en la cruz y resucitar de entre los muertos al tercer día. Juan 3:16 explica: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna." A través de la muerte y resurrección de Jesús, se pago la deuda de nuestro pecado. Por su gracia, El ofrece la salvación. En Romanos 5:8, la Biblia dice: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."

 

 

4. Cree y Recibe a Jesucristo

 

 Debemos poner toda nuestra confianza únicamente en Jesucristo para recibir el perdón y la vida eterna.

 

Con el fin de tener una relación con Dios y un hogar eterno en el cielo, debemos dejar de confiar en nosotros mismos, nuestras obras y nuestras religiones, y poner toda nuestra confianza en Jesucristo para el perdón de nuestros pecados y la vida eterna. En Romanos 10:13 la Biblia dice: "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo." Esa es una promesa directamente de Dios, si oras a El, confiesas que eres un pecador, le pides  que perdone tus pecados, y confías sólo en Él como tu Salvador; Él promete salvarte y darte el regalo de la vida eterna. Tu puedes tomar esa decisión hoy mismo al orar de todo corazón, algo como esto:

 

 

¡Dios mío, sé que estoy separado de ti a causa del pecado. Confieso que por causa de mi pecado, no puedo salvarme a mí mismo. En este momento, me dirijo únicamente a ti y te pido que seas mi Salvador y me des la vida eterna que Tu prometes para mí. -Amen

 

 

Nunca te arrepentirás de haber hecho esta decisión! Si has confiado en Cristo, nos gustaría mucho saber acerca de tu decisión.

 

 

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